Para México el Tratado de Libre Comercio de América Norte (TLCAN) forma parte de una política económica integral de estabilización macroeconómica y ajuste estructural que se emprendió en 1982 con el propósito de controlar la inflación e impulsar un crecimiento sustentable de la economía. En el contexto del enfoque predominante de su política comercial, se considera que los sectores como de agricultura, deben adaptarse a los cambios en el régimen de la política económica, especialmente en lo que respecta a la apertura frente a la competencia internacional.
En este marco, lo fundamental es el logro de la estabilización del nivel general de los precios de los productos agrícolas y la capacidad de mantener la inflación interna alineada con la internacional mediante el establecimiento de un marco permanente de políticas monetarias y fiscales restrictivas, en conjunto con la realización de reformas en el campo, en el comercio exterior, en los mercados financieros en el mercado laboral, orientadas a lograr que los mercados (internacionales) tengan un papel predominante en la asignación de recursos (tierra, fuerza de trabajo, capital, crédito) entre los diversos sectores de la economía.
El capitulo VII del TLCAN, establece los lineamientos y medidas que se aplican por las partes firmantes, relacionadas con el comercio agropecuario, los cuales se refieren a los temas relacionados con el acceso al mercado, los apoyos internos, los subsidios a las exportaciones y medidas sanitarias y fitosanitarias. Estos temas se refieren al marco general que regula la actividad comercial agrícola entre los socios del TLCAN.
A partir de 1991, se estableció un arancel estacional de 15% y se aplicó a las importaciones de granos que se internaban al país. A partir del TLCAN, en 1994 este arancel estacional fue eliminado para los EEUU y Canadá, pero se sigue aplicando a otros países que proveen del grano a México. En el marco del TLCAN se estipula que el sistema de Tarifas Arancelarias sería eliminado progresivamente en el curso de quince años. Su trayectoria de eliminación era de nueve años siguientes hasta llegar a cero. La realidad ha sido muy diferente. La liberalización total del comercio de los cultivos básicos (maíz, frijol, trigo, cebada, arroz, sorgo y soya) se dio desde 1996 y no hasta 2008 como estipulaba el TLCAN. De hecho, desde 1994 todas las importaciones como el maíz han estado libres de aranceles, con el pretexto de bajar costos de los alimentos y controlar las presiones inflacionarias.